En las aulas de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales transcurrió también buena parte de su vida, de esa vida plena de honores y reconocimientos, pero no exenta de tropiezos y sinsabores. Lejos de ser la suya una carrera llana y expedita, tuvo en sí lo cotidiano y permanente y a veces más, a veces el encono y la pasión trastrocando las normas académicas de lo científico y universitario, plantaron banderillas en su contra acaso para amedrentarle y retrasar las posibilidades de una cátedra que con afán y dedicación perseguóa. Pero fue en balde. En 1951 consiguió en propiedad la de Historia Constitucional de Chile y la de Historia del Derecho en 1953, regentando con brillo y lucidez reconocidos la enseñanza de los dos ramos, apretando en sus aulas un número crecido de alumnos, fuente y base de su vida. Con la vocación propia del que se consagra por entero a estas tareas, hubo en el hombre un entreguismo perfecto y en el profesor un maestro ejemplar. Lejos y siempre, sera esta la veta principal del señor Jaime Eyzaguirre, y más allá de sus obras -de lo escrito-habrá de atenderse al influjo personal y por generaciones que su voz sonora y armónica, nunca endeble, dejara en sus discípulos a través de las aulas de esta Facultad. Recogiendo el murmullo de profesores y alumnos, e insistiendo en lo benemérito de su trabajo, acopiamos el material de este tomo como otro homenaje a su nombre, tan ligado a las tareas y al prestigio de esta casa.

M.C.S.